Tema especial: Escolaridad y ocupaciones de la fuerza laboral masculina en Puerto Rico

Ángel L. Rivera Aponte, Ph.D.
Catedrático Asociado
Escuela Graduada de Administración Pública
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras

Víctor I. García Toro, Ph.D.
Catedrático Asociado
Escuela Graduada de Administración Pública
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras

Rafael L. Ramírez, Ph.D.
Catedrático Asociado
Escuela Graduada de Administración Pública
Facultad de Ciencias Sociales
Universidad de Puerto Rico
Recinto de Río Piedras

Resumen

En este artículo se discute la participación masculina en la fuerza laboral de Puerto Rico para el año 2000, así como su escolaridad según las respectivas ocupaciones y los grupos ocupacionales principales. Se realizó un análisis cruzado entre 650 ocupaciones y diez categorías de escolaridad. Además, se identificaron aquellas ocupadas por los hombres que no tenían escolaridad. Entre los hallazgos se encontró que la fuerza laboral masculina estaba compuesta por 859,092 individuos, de los cuales 14,353 no poseían escolaridad; el 73.89 por ciento de dicha fuerza laboral no contaba con estudios post-secundarios, y solamente 2.96 por ciento ostentaba el grado de primer nivel profesional o doctorado.

Palabras clave: fuerza laboral masculina, nivel de escolaridad, planificación de recursos humanos, política pública

Abstract

The main purpose of this paper is to discuss male participation in the labor force in Puerto Rico for the year 2000, as well as the educational level of those men, according to occupations and principal occupational groups. A cross-analysis of 650 occupations and 10 educational levels was conducted, and the occupations held by men without education were also identified. The main findings show that the male labor force totaled 859,092 individuals of which 14,353 reported no education; 73.89% had no post-secondary education, and only 2.96% obtained degrees at the first professional level or doctorates.

Keywords: male labor force, educational levels, planning of human resources, public policy

Cómo citar este artículo (estilo APA) / Citing this article (APA style):


Introducción

El capital humano, el conocimiento que poseen las personas y su capacidad para aprender son recursos primordiales que tiene una sociedad para promover su desarrollo económico y social. El nivel académico competente y la formación de ciudadanos y ciudadanas —especialmente de la fuerza laboral— en diversas áreas del saber, en las ciencias y las técnicas, de acuerdo con las necesidades de la sociedad y del mercado laboral, es determinante para el crecimiento económico y la productividad (Backer, 1994). El concepto de capital humano se centra en la educación, las capacidades adquiridas por medio de la educación formal e informal y la posterior formación en el mercado de trabajo. Por tal razón, la inversión en la educación que haga el Estado en su capital humano (conocido también como recursos humanos) contribuye a promover el aumento en la productividad, la eficiencia y la calidad de servicios como un valor añadido (Brunet & Belzunegui, 2000; 2003).

El nivel de escolaridad de la fuerza laboral es un indicador del estado de desarrollo de una sociedad; es, además, un factor que contribuye al crecimiento económico y el aumento en la productividad. Asimismo, capacita a los ciudadanos para lidiar con los desafíos y las oportunidades a las que se enfrenta un mundo donde la competencia y los cambios acelerados son la norma. Las innovaciones tecnológicas y los ajustes requeridos para enfrentar exitosamente los efectos de fenómenos geopolíticos, como la globalización y su impacto a nivel económico, político y social, tienen su mayor aliado en la educación y, sobre todo, en la planificación de los recursos humanos.

El vínculo entre desarrollo económico, educación y planificación de los recursos humanos de un país es vital. Al respecto, es interesante señalar que, en el 2003, la Comisión de las Comunidades Europeas, en una comunicación titulada “El papel de las universidades en la Europa del conocimiento”, enfatizaba la necesidad de que, para que la comunidad Europea se convirtiese en una economía más competitiva y dinámica, debía basarse en un conocimiento capaz de sustentar su crecimiento económico, mejorar su calidad y ampliar su cohesión social (Rodríguez Moreno, 2005).

En Puerto Rico se han planteado varias interrogantes relacionadas con la participación y el acceso del género masculino al mercado laboral. Estas preguntas están motivadas, en parte, por la disminución de la participación de dicho sector en las instituciones de educación superior.

A partir de 1970 comienza una progresiva disminución de la participación del género masculino en las instituciones de educación post-secundaria. Para el año 2000, de cada diez estudiantes admitidos a estas instituciones, seis son mujeres (Consejo de Educación Superior, 2004). Con respecto a esta tendencia, otros investigadores plantean lo siguiente:

Así mismo, es necesario formular la pregunta, ¿dónde están los varones? A pesar de que el censo poblacional del 2000 revela que hay más mujeres que hombres, es importante saber por qué los varones no optan por continuar estudios universitarios y que otras alternativas están seleccionando. ¿Será que los varones han abierto otros caminos, fuera del mundo universitario, para llegar a obtener mejores salarios y posiciones de poder? (Bonilla, López, Cintrón, Ramírez & Román, 2006:149).

En este artículo, se discute la participación masculina en la fuerza laboral de Puerto Rico y su escolaridad según las respectivas ocupaciones y grupos ocupacionales principales. Se identifican las ocupaciones en las cuales se ubican los hombres con los más altos niveles de escolaridad y aquellas que ocupan la mayor parte de los hombres en la fuerza laboral.

En nuestro país, la preocupación con las condiciones del mercado laboral ha estado centrada, mayormente, en identificar las tendencias de empleo a nivel macroeconómico y analizar sus implicaciones para la planificación de los recursos humanos, pero la información sobre la escolaridad, las capacidades y destrezas de esa fuerza laboral es escasa. Conocer las características de esta fuerza laboral y los cambios que en ella se están generando es ineludible para el diseño de una política pública que contribuya a desarrollar una adecuada y eficiente planificación de los recursos humanos.

Este artículo destaca la relevancia de aspectos sociales, tales como la educación, en el desarrollo de políticas públicas. Estas últimas, por lo general, están orientadas por criterios económicos y políticos sin prestar suficiente atención a los aspectos sociales. La educación, como se señala anteriormente, es un elemento fundamental para el diseño adecuado y efectivo de políticas que respondan a las necesidades reales de las poblaciones a las que pretenden servir, en este caso, en lo que se refiere a la fuerza laboral masculina y, sobre todo, la planificación de los recursos humanos (Estes, 2000).

Metodología

Esta investigación se basa en un análisis descriptivo dirigido a determinar el nivel de escolaridad de la fuerza laboral masculina en Puerto Rico para el año 2000. Las fuentes principales de los datos son los documentos publicados por el Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América, Negociado del Censo Federal, Censo de Población de Puerto Rico, año 2000. De esas fuentes se recopilaron los datos concernientes a la clasificación ocupacional detallada del grupo trabajador civil de las personas empleadas por sexo y escolaridad.

Se diseñó una matriz mediante un análisis cruzado de tres variables —género, escolaridad y ocupación— utilizando los archivos de Advanced Query Systems. Estos fueron trasladados al programa Excel de manera desagregada. La información fue clasificada en dos vertientes: ocupación por género y por escolaridad. Luego, éstas fueron ordenadas utilizando el sistema de clasificación ocupacional de los Estados Unidos. Por otro lado, fue necesario uniformar la base de datos debido a la magnitud de las ocupaciones registradas en Puerto Rico para el 2000, los cambios en los nombres de las clasificaciones y de los códigos que establecen los estándares de clasificaciones ocupacionales (SOC). La cantidad de estas ocupaciones fluctuó entre 500 y 550 (Rivera Aponte, 2006).

Después de identificar los códigos y las definiciones establecidas en el manual de clasificación ocupacional, se procedió a identificar la fuerza laboral del género masculino por nivel de escolaridad. Se establecieron las siguientes categorías: ninguna escolaridad, grados K a 12 no completados, grado 12 completado, un año o menos de post-secundaria no completado, nivel subgraduado completado (grado asociado y bachillerato) y nivel graduado completado (maestría, primer nivel profesional y doctorado). Una vez agregados los niveles de escolaridad, se procedió a identificar las primeras 25 ocupaciones con mayor frecuencia de hombres en la fuerza laboral en Puerto Rico. Asimismo, se obtuvo la cantidad de hombres trabajando en estas ocupaciones y se fijó su total con el nivel de escolaridad. Luego, se determinó el por ciento que representaba el nivel de escolaridad del género masculino para cada una de estas 25 ocupaciones, así como la proporción que representaban en estas categorías. Este procedimiento se llevó a cabo para cada categoría educativa, incluyendo la de ninguna escolaridad.

Hallazgos

La Tabla 1 nos presenta, de manera desagregada, las proporciones del nivel de escolaridad de los hombres en el mercado laboral en Puerto Rico para el año 2000. De acuerdo con esta tabla, dicha fuerza laboral cuenta con 859,092 hombres, lo que representa un 55.61 por ciento de los individuos que la integran. Al analizar el nivel de escolaridad de modo detallado, encontramos que 227,104 (26.44%) de los hombres habían completado el diploma de escuela superior, 144,149 (16.78%) cursaron un año o menos de estudios post-secundarios (no completados) y unos 108,860 (12.67%) completaron un grado de bachillerato. Debemos señalar que 14,353 (1.67%) individuos indicaron no tener escolaridad y 7,698 (0.90) señalaron haber completado un grado doctoral.

Tabla I
Nivel de escolaridad de los hombres en la fuerza laboral en Puerto Rico, año 2000.
Nivel de escolaridad Términos absolutos Proporciones
%
Ninguna escolaridad 14,353 1.67
Grados K-6 59,106 6.88
Grados 7-9 95,198 11.08
Grados 10-12 no completados 94,834 11.04
Grado 12 completado 227,104 26.44
Un año o menos post-secundario no completado 144,149 16.78
Grado asociado 68,482 7.97
Bachillerato 108,860 12.67
Maestría 21,576 2.51
Primer nivel profesional 17,732 1.06
Doctorado 7,698 0.90
Total 859,092 100.0%

La Gráfica 1 presenta el nivel de agregación de la escolaridad del género masculino en la fuerza laboral en Puerto Rico. Sobresale el hecho de que un 55.44 por ciento de éstos posee un nivel de escolaridad de grado doce completado o menos, 26.11 por ciento ostenta un grado completado a nivel sub-graduado o graduado, y 18.78 por ciento posee un año o menos de post-secundaria no completado. Un 1.67 por ciento, equivalente a 14,353 individuos, no tiene escolaridad.

Los hallazgos a continuación se presentan según las categorías propuestas en la metodología del trabajo. Para cada una de ellas, se seleccionaron las primeras 25 ocupaciones con mayor demanda.

La Tabla 2 presenta las ocupaciones donde se concentraba la mayor parte de la fuerza laboral masculina sin escolaridad (aquellos que nunca asistieron a la escuela). De los 14,353 hombres empleados en la primeras 25 ocupaciones, 75.27 por ciento no tenían escolaridad. Entre estas ocupaciones se encuentran: manipuladores de carga, provisiones y material (252 ó 9.18%); trabajadores agrícolas (1,306 u 8.12%): agricultores, excluyendo horticultores (327 u 8.07%); trabajadores de garaje y estaciones de servicio (151 ó 4.93%); encargados de terrenos y jardineros, excluyendo fincas (564 ó 4.93%); albañiles, mamposteros (633 ó 4.58%); obreros de construcción (1,333 ó 4.20%); conserjes, jardineros y empleados de limpieza (1,501 ó 4.16%); conductores de taxi y chóferes (303 ó 3.61%), y soldadores, cortadores y bronceadores (427 ó 3.28%). La gran mayoría de estas ocupaciones se concentra en los grupos ocupacionales principales de la agricultura, silvicultura y pesca; los trabajadores diestros en la construcción; los operarios de transportación y ocupaciones relacionadas con el movimiento de materiales, y los trabajadores en servicio de limpieza.

Tabla 2
Fuerza laboral masculina sin escolaridad, año 2000
Ocupaciones Total de
empleados
ninguna
escolaridad
Por ciento
(a)
(b)
(b/a)
Conserjes, jardineros y empleados de limpieza de limpieza 36,086 1,501 4.16
Obreros de construcción 31,746 1,333 4.20
Trabajadores agrícolas 16,087 1,306 8.12
Albañiles, mamposteros 13,828 633 4.58
Carpinteros 20,843 606 2.91
Encargados de terrenos y jardineros, excluyendo fincas, excluyendo fincas 11,450 564 4.93
Conductores de camiones, pesados y livianos y livianos 32,153 558 1.74
Ayudantes, rama de construcción 13,002 427 3.28
Guardias y policías, exceptuando servicio público servicio público 24,987 424 1.70
Mecánicos de automóvil 20,120 365 1.81
Manipuladores, provisiones y ensacadores 17,544 353 2.01
Agricultores, excluyendo horticultores 4,053 327 8.07
Conductores de taxi y choferes 8,398 303 3.61
Operadores de equipo misceláneo de construcción 8,581 261 3.04
Manipuladores de carga, provisiones y materiales 2,745 252 9.18
Soldadores, cortadores y bronceadores 6,239 215 3.45
Trabajadores en venta, otros productos 21,879 195 0.89
Pintores, construcción y mantenimiento 5,489 179 3.26
Cocineros 11,642 170 1.46
Trabajadores de producción 19,423 163 0.84
Trabajadores de garaje y estaciones de servicio 2,733 151 5.53
Cajeros 13,573 143 1.05
Representantes de ventas de minería, manufactura y comercio al por mayor 16,007 131 0.82
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, asalariados 19,005 128 0.67
Trabajadores de mantenimiento y reparos, general 4,908 115 2.34
Total 382,521 10,803

En la Tabla 3 se observa que en la categoría de nivel de escolaridad de K a 12 no completado participaban 249,138 (29.00%) individuos. Esta representa los niveles escolares elemental, intermedia y superior no completada. Nuevamente, se identificaron las primeras 25 ocupaciones en las cuales participaba más activamente la fuerza laboral del género masculino con un grado de escolaridad de K a 12 no completado. Estas ocupaciones representan el 68.06 por ciento (169,567 hombres) de dicho total. Entre ellas encontramos: albañiles, mamposteros (9,493 ó 68.65%); trabajadores agrícolas (10,826 ó 67.30%); encargados de terrenos y jardineros, excluyendo fincas (7,160 ó 62.53%); pintores, construcción y mantenimiento[1] (3,271 ó 59.59%); otros obreros de la construcción (7,597 ó 58.43%); ayudantes en la rama de construcción (18,646 ó 58.73%), agricultores, excluyendo horticultores (2,362 ó 58.28%); carpinteros (12,135 ó 58.22%); conserjes, jardineros y empleados de limpieza (18,636 ó 51.64%), y los conductores de taxi y choferes (4,160 ó 49.54%), entre otros. La gran mayoría de estas ocupaciones se concentraba en los grupos ocupacionales principales de la agricultura, silvicultura y pesca, los trabajadores diestros en la construcción, los operarios de transportación y ocupaciones relacionadas con el movimiento de materiales y los trabajadores en servicio de limpieza.

Tabla 3
Fuerza laboral masculina con un grado de escolaridad de K a 12 no completado, año 2000.
Ocupaciones Total de
empleados
K a 12 no
completado
Por ciento
(a)
(b)
(b/a)
Obreros de construcción 31,746 18,646 58.73
Conserjes, jardineros y empleados de limpieza 36,086 18,636 51.64
Conductores de camiones, pesados y livianos 32,153 14,601 45.41
Carpinteros 20,843 12,135 58.22
Trabajadores agrícolas 16,087 10,826 67.30
Albañiles, mamposteros 13,828 9,493 68.65
Ayudantes, rama de construcción 13,002 7,597 58.43
Mecánicos de automóvil 20,120 7,396 36.76
Guardias y policías, exceptuando servicio público 24,987 7,369 29.49
Encargados de terrenos y jardineros, excluyendo fincas 11,450 7,160 62.53
Manupuladores de provisiones y ensacadores 17,544 6,672 38.03
Otros trabajadores de producción, incluyendo procesadores de semiconductores y equipo de refrigeración 19,423 5,366 27.63
Cocineros 11,642 4,778 41.04
Trabajadores en venta, otros productos 21,879 4,377 20.01
Operadores de equipo misceláneo de construcción 8,581 4,215 49.12
Cajeros 13,573 4,169 30.72
Conductores de taxi y choferes 8,398 4,160 49.54
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, asalariados 19,005 4,013 21.12
Pintores, construcción y mantenimiento 5,489 3,271 59.59
Soldadores, cortadores y bronceadores 6,239 2,633 42.20
Oficinistas de almacenaje y llenadores de órdenes 10,284 2,613 25.41
Supervisores y administradores de ocupaciones de construcción y trabajadores de extracción 8,224 2,586 31.44
Representantes de ventas de minería, manufactura y comercio al por mayor 16,007 2,432 15.19
Agricultores, exceptuando horticultores 4,053 2,362 58.28
Supervisores, ocupaciones de producción 11,485 2,061 17.95
Total 402,128 169,567

La Tabla 4 revela que 227,104 participantes, o el 26.44%, de la fuerza laboral masculina tenían diploma de escuela superior. En las primeras 25 ocupaciones se agrupaban 125,252 individuos, equivalentes a un 47.64 por ciento. En términos porcentuales, las primeras diez ocupaciones que evidenciaron haber completado el diploma de escuela superior fueron las siguientes: oficiales de instituciones correccionales (3,515 ó 64.60%); reparadores de maquinaria industrial (2,729 ó 40.79%); guardias y policías, exceptuando los del servicio público (9,907 ó 39.65%); trabajadores de producción (7,669 ó 39.48%); ensambladores y fabricadores misceláneos (2,617 ó 39.22%); oficinistas de almacenaje y llenadores de órdenes (3,666 ó 35.65%); cocineros (4,039 ó 34.69%); conductores de taxi y choferes (2,899 ó 34.52%); conductores de camiones, pesados y livianos (10,748 ó 33.43%), y operadores de equipo misceláneo de construcción (2,845 ó 33.15%). La mayoría de estas ocupaciones se agregan los grupos ocupacionales principales de servicios, reparadores y mecánicos, trabajadores diestros en la construcción, ocupaciones en trabajos de precisión y operarios de máquina, armadores e inspectores.

Tabla 4
Fuerza laboral masculina con un nivel de escolaridad de escuela superior completada, año 2000.
Ocupaciones Total de
empleados
Diploma de
escuela
superior
Por ciento
(a)
(b)
(b/a)
Conserjes, jardineros y empleados de limpieza 36,086 10,931 30.29
Conductores de camiones, pesados y livianos 32,153 10,748 33.43
Guardias y policías, exceptuando servicio público 24,987 9,907 39.65
Obreros de construcción 31,746 8,218 25.89
Trabajadores de producción 19,423 7,669 39.48
Mecánicos de automóvil 20,120 6,487 32.24
Trabajadores en venta, otros productos 21,879 6,125 27.99
Carpinteros 20,843 6,068 29.11
Manipuladores de provisiones y ensacadores 17,544 5,674 32.34
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, asalariados 19,005 4,777 25.14
Cajeros 13,573 4,248 31.30
Cocineros 11,642 4,039 34.69
Policías y detectives, servicio público y prevención de fuego 12,337 3,723 30.18
Ayudantes, rama de construcción 13,002 3,684 28.33
Oficinistas de almacenaje y llenadores de órdenes 10,284 3,666 35.65
Oficiales de instituciones de Corrección 5,441 3,515 64.60
Representantes de ventas de minería, manufactura y comercio al por mayor 16,007 3,280 20.49
Trabajadores agrícolas 16,087 3,027 18.82
Supervisores, ocupaciones de producción 11,485 3,017 26.27
Conductores de taxi y choferes 8,398 2,899 34.52
Operadores de equipo misceláneo de construcción 8,581 2,845 33.15
Albañiles, mamposteros 13,828 2,756 19.93
Reparadores de maquinaria industrial 6,691 2,729 40.79
Ensambladores y fabricadores misceláneos 6,673 2,617 39.22
Encargados de terrenos y jardineros, excluyendo fincas 11,450 2,603 22.73
Total 409,265 125,252

Por otra parte, en la Tabla 5 se presenta la fuerza laboral del género masculino con un nivel de escolaridad de un año o menos de estudios post-secundarios no completado. Para el año 2000 en Puerto Rico se encontraron 144,149 (16.78%) hombres en esta categoría. Luego se identificaron las primeras 25 ocupaciones donde se ubicaban los mismos, agrupando a 69,596 de ellos en la fuerza laboral. Estos representan un 48.28 por ciento del total del género masculino en esta categoría. En términos porcentuales, las diez ocupaciones con la mayor fuerza laboral que tienen estudios de un año o menos de post-secundaria no completado se encuentran las siguientes: oficinistas generales de apoyo administrativo (2,633 ó 34.90%); representantes de ventas de minería, manufactura y comercio al por mayor (4,717 ó 29.47%); alimentadores de máquinas y portadores (1,204 ó 29.17%); trabajadores en venta, otros productos (6,295 ó 28.77%); policías, detectives y empleados de prevención de fuegos del servicio público (3,355 ó 27.19%); mozos (1,541 ó 26.78%); oficinista de almacenes y llenadores de órdenes (2,702 ó 26.27%); cajeros (3,324 ó 24.49%); supervisores de oficina en general (2,619 ó 24.30%); supervisores y propietarios en ocupaciones de ventas y asalariados (4,262 ó 22.43%). La mayoría de los hombres con este nivel educativo se concentraban en los siguientes grupos ocupacionales principales: ocupaciones técnicas y de apoyo técnico, vendedores, servicios, trabajadores diestros en la construcción, operarios de máquina, armadores e inspectores y trabajadores en servicio de limpieza.

Tabla 5
Fuerza laboral masculina con un nivel de escolaridad de un año o menos de post-secundaria no completado, año 2000.
Ocupaciones Total de
empleados
Un año o menos
post-secundario
no completado
Por ciento
(a)
(b)
(b/a)
Trabajadores en venta, otros productos 21,879 6,295 28.77
Representantes de ventas de minería, manufactura y comercio al por mayor 16,007 4,717 29.47
Guardias y policías, exceptuando servicio público 24,987 4,262 17.06
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, asalariados 19,005 4,262 22.43
Conductores de camiones, pesados y livianos 32,153 4,170 12.97
Conserjes, jardineros y empleados de limpieza 36,086 3,649 10.11
Manipuladores de provisiones y ensacadores 17,544 3,408 19.43
Otros trabajadores de producción, incluyendo procesadores de semiconductores y equipo de refrigeración 19,423 3,370 17.35
Policías, detectives y empleados de prevención de fuegos del servicio público 12,337 3,355 27.19
Cajeros 13,573 3,324 24.49
Mecánicos de automóvil 20,120 2,934 14.58
Oficinistas de alacenaje y llenadores de órdenes 10,284 2,702 26.27
Oficinistas general de apoyo administrativo 7,545 2,633 34.90
Supervisores de oficina en general 10,777 2,619 24.30
Obreros de construcción 31,746 2,318 7.30
Supervisores, ocupaciones de producción 11,485 2,271 19.77
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, autoempleados 9,548 2,122 22.22
Cocineros 11,642 1,783 15.32
Otros gerentes en áreas ejecutivas y gerenciales 10,047 1,544 15.37
Mozos y mozas 5,754 1,541 26.78
Supervisores y administradores de ocupaciones de construcción y trabajadores de extracción 8,224 1,389 16.89
Carpinteros 20,843 1,321 6.34
Alimentadores de máquinas y portadores 4,127 1,204 29.17
Reparadores de maquinaria industrial 6,691 1,203 17.98
Ensambladores y fabricadores misceláneos 6,673 1,200 17.98
Total 388,500 69,596

La Tabla 6 evidencia que la fuerza laboral masculina en Puerto Rico con grado universitario completado a nivel subgraduado asciende a 177,342 personas, equivalentes a 20.64 por ciento. Este nivel agrega los grados completados a nivel de grado asociado y bachillerato. En las primeras 25 ocupaciones encontramos que unos 82,767 (29.89%) empleados habían completado un grado en este nivel. En términos porcentuales, el orden fue como sigue: enfermeros registrados (2,015 ó 86.37%); maestros de escuela secundaria (2,440 ó 81.28%); contables y auditores (9,360 ó 78.31%); maestros de escuela elemental (6,450 ó 76.24%); ingenieros civiles (2,214 ó 72.31%); administradores financieros (1,877 ó 58.06%); administradores y gerentes auto-empleados (2,150 ó 49.71%), detectives e investigadores criminales (2,132 ó 49.15%); técnicos de ingeniería (2,142 ó 48.51%), y especialistas en personal, adiestramiento y relaciones laborales (1,675 ó 46.67%). La gran mayoría de éstas se concentraba en los grupos principales de ocupaciones profesionales, ocupaciones técnicas y de apoyo técnico, vendedores y servicios.

Tabla 6
Fuerza laboral masculina con un nivel de escolaridad de subgraduado, año 2000.
Ocupaciones Total de
empleados
Sub-graduados Por ciento
(a)
(b)
(b/a)
Contables y auditores 11,952 9,360 78.31
Maestros, escuela elemental 8,460 6,450 76.24
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, asalariados 19,005 5,029 26.46
Representantes de ventas de minería, manufactura y comercio al por mayor 16,007 4,946 30.90
Policías, detectives y empleados de prevención de fuegos del servicio público 12,337 4,569 37.03
Trabajadores en venta, otros productos 21,879 4,293 19.62
Otros gerentes en áreas ejecutivas y gerenciales 10,047 4,230 42.10
Supervisores de oficina en general 10,777 3,867 35.88
Supervisores de ocupaciones de producción 11,485 3,728 32.46
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, autoempleados 9,548 3,649 38.22
Guardias y policías, exceptuando servicio público 24,987 2,878 11.52
Mecánicos de automóvil 20,120 2,733 13.58
Otros trabajadores de producción, incluyendo procesadores de semiconductores y equipo de refrigeración 19,423 2,692 13.86
Maestros, escuela secundaria 3,002 2,440 81.28
Ingenieros civiles 3,062 2,214 72.31
Administradores y gerentes, autoempleados 4,325 2,150 49.71
Técnicos de ingeniería 4,416 2,142 48.51
Detectives e investigadores criminales 4,338 2,132 49.15
Oficinistas general de apoyo administrativo 7,545 2,072 27.46
Conductores de camiones, pesados y livianos 32,153 2,064 6.42
Enfermeros registrados 2,333 2,015 86.37
Administradores y oficiales, administración pública 4,625 1,886 40.78
Administradores financieros 3,233 1,877 58.06
Supervisores y administradores de ocupaciones de construcción y trabajos de extracción 8,224 1,676 20.38
Especialistas en personal, adiestramiento y relaciones laborales 3,589 1,675 46.67
Total 276,872 82,767

En la Tabla 7 aparece la información de la fuerza laboral masculina con nivel de escolaridad de estudios graduados completados. Esta agrega los grados académicos de maestría, primer nivel profesional[2] y doctorado. Los datos reflejan que 47,006 individuos completaron estudios graduados. Esto representa un 5.47 por ciento del total de los empleados. En las primeras 25 ocupaciones se identificaron 31,787 personas, que representan el 67.58 por ciento de los hombres con este nivel de escolaridad. En términos porcentuales, el orden fue: dentistas (1,241 ó 98.49%), médicos (6,394 ó 98.35%), abogados (5,231 ó 96.41%), maestros de post-secundaria[3] (3,379 ó 73.81%), arquitectos (378 ó 54.62%), administradores de servicios educativos y áreas relacionadas (1,369 ó 49.91%), consejeros educacionales y vocacionales (340 ó 36.06%), clérigos (567 ó 30.06%), administradores médicos y de salud (437 ó 29.93%), y maestros (739 ó 26.13%), entre otros. La gran mayoría se concentraba en los grupos principales de ocupaciones ejecutivas, administrativas y gerenciales; ocupaciones profesionales y vendedores.

Tabla 7
Fuerza laboral masculina con un nivel de escolaridad de graduado, año 2000.
Ocupaciones Total de
empleados
Graduados Por ciento
(a)
(b)
(b/a)
Médicos 6,501 6,394 98.35
Abogados 5,426 5,231 96.41
Maestros post-secundaria 4,578 3,379 73.81
Maestros, escuela elemental 8,460 1,718 20.31
Administradores de servicios educativos y áreas relacionadas 2,743 1,369 49.91
Contables y auditores 11,952 1,323 11.07
Dentistas 1,260 1,241 98.49
Administradores y gerentes, asalariados 10,047 1,154 11.49
Administradores y oficiales, administración pública 4,625 1,054 22.79
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, asalariados 19,005 796 4.19
Maestros, n.c.o.c. 2,828 739 26.13
Administradores y gerentes, autoempleados 4,325 730 16.88
Administradores financieros 3,233 160 22.15
Supervisores y propietarios, ocupaciones de ventas, autoempleados 9,548 699 7.32
Ingenieros civiles 3,062 660 21.55
Trabajadores en venta, otros productos 21,879 594 2.71
Clérigos 1,866 567 30.39
Supervisores, oficina en general 10,777 563 5.22
Representantes de ventas de minería, manufactura y comercia al por mayor 16,007 501 3.13
Maestros, escuela secundaria 3,002 487 15.92
Administradores médicos y de salud 1,460 437 29.93
Arquitectos 692 378 54.62
Otros ingenieros, incluyendo agricultura y biomédica 1,649 368 22.32
Supervisores, ocupaciones de producción 11,485 358 3.12
Consejeros educacionales y vocacionales 943 340 36.06
Total 167,353 31,787

Conclusiones

En este artículo se destaca que el 55.44 por ciento de la fuerza laboral masculina en Puerto Rico posee un nivel de escolaridad de grado doce completado o menos. Además, 14,353 de estos hombres (el 1.67 por ciento) no tienen escolaridad. Si a esto le añadimos el 16.78 por ciento que comenzó estudios universitarios y los abandonó, podemos concluir que 73.89 por ciento de esta fuerza laboral no cuenta con estudios universitarios. Esto nos lleva a preguntarnos las implicaciones que tienen tales niveles de escolaridad al momento de enfrentarse efectivamente a los requerimientos de los cambios tecnológicos, los flujos de información, la economía y el mundo del trabajo. A esto hay que añadir la deserción escolar entre los integrantes de este género en Puerto Rico y la reducción de la participación masculina en la educación superior a partir de las ultimas décadas de siglo XX. ¿Que significa esto para una economía como la nuestra, orientada hacia una economía del conocimiento que genera la mayor cantidad de empleos en los sectores industriales y los servicios?

Los datos reflejan que existe una relación entre el grado de educación superior subgraduado y el acceso de los individuos a ubicarse en los grupos ocupacionales principales constituidos por profesionales, vendedores, servicios y ocupaciones técnicas y de apoyo técnico, así como ejecutivos y administradores. Nos preguntamos ¿qué significado tiene para la economía y el desarrollo de un país que su fuerza laboral masculina con educación superior completada a todos sus niveles sea solamente de un 26.11 por ciento? Los datos antes presentados nos llevan a cuestionarnos en qué medida existe una planificación integrada entre la educación de los hombres y sus implicaciones para la planificación de los recursos humanos en Puerto Rico.

[1] La categoría ocupacional de pintores, construcción y mantenimiento se refiere a lo que en Puerto Rico se conoce como “handyman”.

[2] Carreras universitarias en la que se otorga un grado de Primer Nivel Profesional son: Derecho, Farmacia, Medicina, Odontología, Optometría y Veterinaria.

[3] La categoría ocupacional de maestros de post-secundaria son los profesores de educación superior.

 

Referencias

Backer, Gary S. (1994). Human capital revisited. In Gary S. Backer, Human capital: A theorical and empirical analisis, with special reference in Education (3rd. ed., pp. 15-28). Chicago: University of Chicago Press.

Bonilla Rodríguez, Víctor; López de Méndez, Annette; Cintrón Rodríguez, Madelyn; Ramírez Pagán, Solángel y Román Oyola, Rosa (2005). Feminización de la matrícula de educación superior en Puerto Rico. Cuaderno de Investigación en la Educación, 20, 114-153.

Brunet y Belzunegui. (2000). Empresas y estrategias en la perspectiva de la competencia global. España: Ariel Economía.

Brunet y Belzunegui. (2003). Flexibilidad y formación. Una critica sociología al discursos de las competencias. Barcelona: Icaría.

Consejo de Educación Superior de Puerto Rico. (2004). La Educación Superior en Puerto Rico: Los actores principales de la educación superior, 27-36. San Juan: CES.

Departamento de Comercio de los Estados Unidos de América, Negociado del Censo Federal. Censo de Población de Puerto Rico: 2000 y la Junta de Planificación, Programa de Planificación Económica y Social. Oficina del Censo. Puerto Rico.

Estes, Carroll L. (2000). Social policy aging: A critical perspective. Thousand Oaks, CA: Sage Publications.

Rivera Aponte, Ángel L. (2006). Cambio en la estructura industrial y ocupacional del empleo en el proceso de desarrollo económico de Puerto Rico (disertación doctoral inédita, Universidad Interamericana de Puerto Rico, Facultad de Ciencias Económicas y Administrativas, 2006).

Rodríguez Moreno, María Luisa (2005, septiembre). Las demandas sociales y el mercado laboral ante la integración Europea del conocimiento universitario. Cuaderno de Integración Europea, 2, 54-68.